Cuando hablamos de maridaje gastronómico es habitual establecer categorías que aparentemente facilitan la elección de la bebida para un determinado bocado. Así durante muchos años imperó una ley que nos recomendaba acompañar las carnes con vinos tintos y los pescados con blancos. En esos mismos tiempos, el maridaje con cerveza ni siquiera se consideraba como una opción, por lo que los cerveceros no sufrimos ese encasillamiento del que sin duda habríamos sido igualmente víctimas.
Hoy esa situación está al menos parcialmente superada y cada vez es más frecuente que un sumiller nos recomiende vinos tintos, blancos, rosados, espumosos o generosos para distintos platos en base no solo al ingrediente base de los mismos, sino también a la forma en que han sido cocinados y a los matices de todo lo que les acompaña. De igual forma, cuando nos planteamos realizar un maridaje con cerveza, debemos tener en cuenta cuáles son las características sensoriales más importantes del bocado que vamos a degustar para buscar su pareja ideal.
En el caso que hoy nos ocupa de las carnes, deberemos tener en cuenta por un lado el animal de origen, ya que la intensidad del sabor del pollo es muy diferente de la del cordero o la de la caza. En este apartado y como norma general, deberemos buscar un cierto equilibrio de intensidad entre la bebida y la comida. Una cerveza de moderado grado alcohólico, cuerpo ligero y aromas sutiles será la más apropiada para las carnes blancas mientras que otra más licorosa, de gran cuerpo y complejidad aromática acompañará perfectamente un corte de carne roja.
Por otro lado, la forma de cocinar la carne y sus posibles aderezos o acompañamientos también nos condicionará la elección cervecera. Una carne a la plancha, parrilla o al horno nos ofrecerá intensas notas de tueste y caramelización, que encontrarán una sabrosa afinidad en las de una cerveza tostada u oscura. Si espolvoreamos generosamente nuestra carne con especias, la elección de una cerveza con notas de esa familia aromática -como el clavo de las de trigo- será con toda probabilidad un acierto, como también lo podrá ser una bastante lupulada.
Por último, si nuestra carne toma forma de guiso con una salsa en reducción, una cerveza oscura de alta fermentación con notas afrutadas y tostadas le dará el complemento perfecto.
Dadas estas pautas generales, os dejamos 3 propuestas para maridar carnes y cervezas que seguro os gustarán y con las que podréis sorprender a vuestros invitados:
- Surtido de salchichas alemanas con Franziskaner Weissbier
- Costillas de cerdo al horno con Alhambra Reserva Roja
- Brochetas de pollo al curry con Tyris IPA Grimbergen Double Ambrée
Julio Cerezo - Beer Sommelier
Director de Sabeer Academia de la Cerveza
¡Salud!