Cómo saber si una cerveza está en mal estado

Julio Cerezo - Beer Sommelier
Director de Sabeer Academia de la Cerveza

La cerveza es un alimento elaborado con ingredientes naturales, en su mayoría de origen vegetal, que casi siempre llega hasta nosotros envasada y pasteurizada. Esto hace que las probabilidades de encontrárnosla en mal estado sean prácticamente nulas, si entendemos por mal estado que dicha cerveza no sea apta para el consumo por cuestiones sanitarias.

la cerveza no caduca

Tanto es así que la cerveza no tiene fecha de caducidad y por ello, cualquier botella que hayamos olvidado en algún rincón de nuestra casa durante meses o años, puede ser consumida sin riesgo para nuestra salud siempre que haya permanecido correctamente cerrada.

Otra cosa será cómo hayan evolucionado su aroma y sabor, y es por esa razón por lo que los fabricantes nos indican una fecha de consumo preferente que marca de manera aproximada hasta cuándo podemos disfrutarla en su mejor versión. En función del estilo de cada cerveza, este periodo de consumo recomendado puede oscilar desde unos meses a más de 20 años.

Sin embargo, beber una cerveza dentro de su periodo de consumo recomendado no es garantía de encontrarla en perfecto estado.

Problemas durante su elaboración, distribución, almacenamiento o servicio pueden provocar defectos en su aroma y sabor que, cuando sobrepasan el llamado 'umbral de percepción', hacen que nuestra cerveza no nos guste tanto como otras veces, aunque no siempre identifiquemos con precisión el defecto en cuestión.

problemas más habituales

A continuación vamos a enumerar algunos de los problemas más habituales que nos podemos encontrar, su origen y cómo podemos detectarlos.

  • Metálico > en algunas ocasiones puede aparecer un aroma o regusto metálico en nuestra cerveza, fruto de alguna contaminación o de proceder de un barril pinchado largo tiempo atrás.
  • Papel o cartón > este sabor se produce por una oxidación del líquido, resultado de un envejecimiento precoz, posiblemente debido a una mala conservación.
  • Maíz cocido o berberechos > técnicamente identificado por las siglas DMS (dimetil sulfuro), este aroma surge a partir de un componente del cereal durante el proceso de elaboración.
  • Mantequilla > un recuerdo aromático a mantequilla algo rancia significa que el nivel de diacetilo de nuestra cerveza está por encima del admisible porque algo ha fallado durante la elaboración.
  • Huevo cocido > un problema de degradación de las levaduras nos puede generar este aroma y otros también azufrados como a gas o cerillas.
  • Mofeta > este aroma tan poco agradable surge cuando los componentes del lúpulo sufren el efecto de la luz. Evitar este defecto es la razón de que las botellas de cerveza suelan tener un color oscuro.

Detectar un defecto en nuestra cerveza no es tarea fácil. En determinados estilos, algunos de los aromas que hemos señalado están presentes en un nivel muy bajo sin que por ello constituyan un problema, mientras que aromas tan poco sutiles como el de cuadra o corral pueden formar parte significativa de cervezas como las saison o las lámbicas. Tampoco un aspecto turbio o un amargor o acidez muy intensos son necesariamente síntomas de algún problema en nuestra cerveza; cada vez podemos encontrar más y más referencias sin filtrar y con perfiles sensoriales extremos que están elaboradas para tener esas características.

En general, la mejor manera que tenemos para estar seguros de estar frente a un problema en nuestra cerveza es que su sabor sea muy diferente del habitual. Los cerveceros tratan siempre de ofrecernos el mismo sabor para cada marca y cuando esto no sucede es síntoma de que algo no ha ido como se quería.

¡Salud!