Una de las muchas novedades con las que las compañías cerveceras españolas nos han sorprendido durante los últimos años ha sido el incluir dentro de su gama algunas cervezas sin filtrar. Hoy es relativamente fácil encontrar estas cervezas en bares y supermercados pero lo curioso es que, si nos referimos al producto en sí, más que de una auténtica novedad se trata de una vuelta al origen.
la cerveza sin filtrar es tendencia
la cerveza sin filtrar es tendencia
Y es que lo que ahora nos parece tan cotidiano como el acto de beber una cerveza dorada, limpia y cristalina, es sin embargo una posibilidad relativamente reciente, al menos desde una mirada histórica. Sabemos que sumerios, babilonios, egipcios, griegos, romanos, galos, vikingos y muchas otras culturas han elaborado y consumido cerveza desde hace miles de años, pero el líquido que todas estas sociedades llevaban a su boca difería mucho en aspecto de nuestras populares cañas.
Por un lado, los sistemas que se utilizaban para maltear y tostar el cereal también lo ahumaban y de algún modo lo ‘ensuciaban’, trasladándose esta característica al líquido final. Por otro, el proceso de filtrado de la cerveza no alcanzaba la eficacia suficiente para dejar el líquido sin restos de cereal o levadura. Esto fue así hasta que los avances tecnológicos llegados de la mano de la Revolución Industrial permitieron mejorar ambos procesos y obtener por fin cervezas de aspecto limpio y brillante como la pilsen de Bohemia.
Pero ya sabemos que en la historia casi todo es cíclico o pendular y quizá en parte por ello, la vuelta a versiones de cervezas sin filtrar sea una tendencia durante los últimos años.
Las primeras en ofrecer estas variedades fueron las pequeñas microcerveceras que en algunos casos tuvieron que hacer de la necesidad virtud, ya que disponer de sistemas de filtrado no siempre estaba al alcance de sus finanzas. Sin embargo, hemos visto como cada vez compañías más grandes se han sumado a la corriente de las cervezas sin filtrar incorporando alguna en su porfolio.
Surge entonces una pregunta inevitable, ¿son mejores las cervezas sin filtrar que las que sí están filtradas? Si dejamos posturas partidistas o preferencias persona les a un lado, diremos que este aspecto no hace necesariamente mejor ni peor a una cerveza, tan solo diferente. Algo así como el debate universal de la cebolla en la tortilla de patata, que depende de las preferencias de cada uno.
cervezas sin filtrar
cervezas sin filtrar
Al filtrar la cerveza antes de envasarla se eliminan pequeños restos sólidos de sus ingredientes, lo que necesariamente influye en el sabor final de la misma. Hay quien opina que esto puede desnaturalizar la cerveza, prefiriendo degustarla con esa turbidez. Por contra, desde el punto de vista de la conservación, podemos decir que el filtrado prolonga la vida de la cerveza, ya que también elimina posibles microorganismos que a largo plazo modificarían negativamente su sabor.
La tradición también tiene su peso en el debate y muchas veces el estilo de la cerveza es quien marca su filtrado o no filtrado. Así una pilsen turbia es una excepción a la regla como lo es una cerveza de trigo cristalina, aunque ejemplos de unas y otras se pueden encontrar sin dificultad.
En resumen, cada uno de nosotros tenemos la decisión final en nuestra mano y sobre todo en nuestro paladar. Para aquellos que todavía no se han familiarizado con las cervezas sin filtrar hoy dejamos estas recomendaciones que podréis encontrar fácilmente en el lineal:
El Águila Sin Filtrar (5,5%) > la resurrección de una marca histórica del panorama español ha traído esta versión de su lager dorada en la que se dejan los restos de levadura, dándole un carácter singular dentro de su tipología.
Tyris IPA (6%) > una cerveza artesana del estilo más en tendencia durante los últimos años, con notas afrutadas y cítricas de sus lúpulos aromáticos y moderado amargor.
Franziskaner Hefe Weissbier (5%) > un clásico ejemplo de cerveza de trigo alemana, tradicionalmente turbias por la dificultad extra que suponía este cereal a la hora del filtrado.
