A pesar de contar con una tradición milenaria de elaboración y consumo, la cerveza en España no deja de ser una recién llegada si la comparamos desde un punto de vista histórico con otras bebidas fermentadas como el vino. Existen vestigios que demuestran que en la península se hacía una cerveza bastante rudimentaria hace miles de años, pero ni durante la época que formamos parte del Imperio Romano, ni mucho menos durante los siglos de ocupación islámica, la cerveza tuvo una gran relevancia entre nosotros.
la cerveza, una recién llegada
la cerveza, una recién llegada
Es con la llegada de los Habsburgo, originarios de regiones tan cerveceras como las actuales Flandes y Alemania, cuando aparecen las primeras referencias escritas de elaboración y consumo cervecero en nuestro país. Durante su reinado a lo largo de los siglos XVI y XVII, en la corte se consume abundantemente la cerveza, bebida muy al gusto de estos monarcas y de los consejeros que vinieron con ellos. Esta cerveza es aceptada con mayor o menor fervor por los nobles locales que necesitan del trato y del favor real, pero el pueblo llano sigue teniendo el vino como bebida de referencia.
Con la llegada de los Borbones en el siglo XVIII la cerveza reduce aún más su influencia social, quedando restringido su ámbito de consumo al de algunos diplomáticos y comerciantes extranjeros afincados en nuestro país. Es a finales del siglo XIX cuando las fábricas de cerveza, con la ayuda de las nuevas tecnologías y la mejora de las infraestructuras de transporte, inician una expansión que paulatinamente acerca esta bebida hasta los ciudadanos, primero a los de los grandes núcleos urbanos y más tarde a los de los más rurales, hasta superar en volumen de ventas al vino durante las últimas décadas del siglo XX.
Desde entonces la cerveza en España es algo más que una bebida, pasando a ser lo que algunos han dado en llamar un 'lubricante social', que forma parte de casi cualquier tipo de encuentros, desde los de ámbito familiar a los de la esfera profesional. La cerveza está presente en todo tipo de espacios y momentos de ocio como fiestas populares, festivales, conciertos, acontecimientos deportivos y casi cualquier otra actividad de carácter lúdico.
Tal es así que utilizamos con frecuencia la expresión 'quedar para tomar unas cervezas' sin que ello implique necesariamente que todos los que acudamos a esa cita vayamos a elegir esta bebida en lugar de un vino o un refresco, o que el lugar elegido vaya a ser precisamente un local especializado en cerveza con una amplia carta para elegir entre estilos y referencias.
hoy, es la bebida popular de referencia
hoy, es la bebida popular de referencia
La cerveza se ha convertido así en nuestro país -y en la mayor parte del planeta- en la bebida popular de referencia. Su moderado contenido alcohólico, un coste asequible para casi todos los bolsillos, el envasado en formatos de consumo individual y la capilaridad de su distribución son seguramente las razones de ello.
Según las conclusiones de estudios realizados por Cerveceros de España (patronal que agrupa a los fabricantes del sector) en nuestro país el consumo de cerveza se realiza mayoritariamente en un contexto social, acompañados de amigos, familiares o compañeros de trabajo.
Es un consumo moderado -58 litros por persona y año- que se aleja del patrón del atracón que se da en otros países, y con la peculiaridad de tener una alta cuota de mercado de cervezas sin alcohol (13%), lo que indica que el consumidor español busca en esta bebida su sabor y frescor frente los efectos del contenido alcohólico.
Por último, no podemos obviar la enorme repercusión económica de la cerveza en nuestra sociedad. España se ha convertido en el segundo productor europeo por volumen, solo por detrás de Alemania, y se estima en casi medio millón el número de puestos de trabajo que genera en toda su cadena de valor, desde la agricultura (cultivo de maltas y lúpulos) a la elaboración, comercialización y servicio.