CERVEZAS DE VERANO

La cerveza es una bebida con una enorme variedad de estilos que se caracterizan por ofrecer un gran abanico de colores, aromas, sabores, niveles de intensidad y contenido alcohólico. A pesar de que no exista por ahora una clasificación “oficial” para todas las cervezas del mundo, algunas entidades de prestigio como el BJCP (Beer Judge Certification Program) ya identifican más de 100 estilos diferentes. Quizá por ello, sea oportuno hacer una reflexión sobre la influencia estacional en el consumo de unas y otras, y así, saber si podemos hablar con propiedad de cervezas de verano y de invierno.

En otros países de mayor tradición cervecera como Reino Unido, Bélgica o Alemania, la cuestión casi se responde a sí misma. Allí es muy habitual encontrar en sus lineales, sobre todo durante las fechas próximas a la Navidad, cervezas cuya etiqueta incluye la expresión “Winter” o “Christmas”, haciendo referencia a que su elaboración y receta están especialmente pensadas para esas fechas.

¿Qué tienen de especial esas cervezas de invierno y cómo esto nos puede ayudar a definir las que serían sus opuestas, o sea las cervezas de verano? Las cervezas de invierno suelen caracterizarse por presentar un alto contenido alcohólico, resultado de la fermentación de un mosto muy rico en cereal, que da como resultado final cervezas maltosas de gran cuerpo e intensidad. Son cervezas adecuadas para disfrutar lentamente, a pequeños sorbos y no muy frías, ideales para dar la réplica a los contundentes platos que protagonizan los menús navideños.

Si las cervezas de invierno son así podemos definir por contraste cómo serían las cervezas de verano: de moderado contenido alcohólico, con cuerpo ligero, de trago largo, aptas para tomar más frías y con perfiles más definidos por el amargor o la acidez que por el dulzor de las maltas.

En la mesa o en la barra, estas cervezas acompañarán perfectamente platos frescos como ensaladas, escabeches y todo tipo de elaboraciones ligeras.


Dentro de esta descripción seguro que muchos reconocemos las cervezas más populares en nuestro entorno: las pilsen doradas. Pero hay otros estilos que encajan muy bien en esta categoría de cervezas de verano, por ejemplo:

  • Las Radler cuya combinación entre cerveza y refresco de limón reduce significativamente su graduación alcohólica y nos permite tomar mayor cantidad, lo que se agradece en esta época tan calurosa. Sus toques cítricos nos dan un punto extra de frescor y acompañan muy bien frituras y pescados a la plancha.

  • Las cervezas de trigo como Paulaner o Franziskaner Weissbier, con un toque suave de acidez y buena carbonatación, potencian la sensación de frescor a cada trago.
  • Las IPAs como Tyris IPA, Punk IPA o Mahou Session IPA, que por su sorprendente amargor de lúpulos exóticos también nos aportan un frescor extra y evocadores aromas vegetales.

  • Las SIN y las 0,0 cuya ausencia de alcohol nos permite beber cuanto queramos para saciar nuestra sed sin temor a excedernos. Dentro de esta categoría también encontramos cervezas con limón como San Miguel 0,0 Radler que combina los toques cítricos del estilo con estar libre de alcohol.

Desde luego que por mucho que estemos en verano siempre habrá un momento ideal para tomar cualquier cerveza, sea del estilo que sea, basta con que nos apetezca. Dejando eso claro y recordando que “cada paladar es soberano” esperamos que estas reflexiones os puedan ser útiles para afrontar la compra de cervezas durante el periodo estival.

¡Salud!

Julio Cerezo - Beer Sommelier

Director de Sabeer Academia de la Cerveza