CERVEZAS ALEMANAS, BELGAS, CHECAS Y BRITÁNICAS: UN MUNDO DE SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS

Es habitual entre los aficionados a la cerveza identificar aquellas de un país con un perfil específico, definido por ciertos rasgos en común. Este ejercicio de simplificación choca a veces con una realidad más compleja, especialmente cuando hablamos de países de gran tradición cervecera en los que a lo largo de los siglos han convivido estilos muy diferentes entre sí.


Sin embargo y pese a esta deseable diversidad, es posible encontrar un aire de familia que identifique las cervezas de una región y las diferencie de las de otras. Hoy vamos a hacer este ejercicio comparando las cervezas alemanas, belgas, checas y británicas, englobando en estas últimas las del Reino Unido y las de Irlanda. Y lo vamos a hacer señalando sus diferencias respecto a cada uno de los ingredientes principales y procesos de elaboración, tratando de explicar el porqué de cada una.

Agua

El contenido mineral del agua con la que se elabora la cerveza ha condicionado los estilos propios de cada región. El agua muy blanda de la ciudad de Pilsen, pobre en sales de calcio y magnesio, favoreció la aparición del estilo que lleva su nombre, una cerveza dorada de moderado amargor y contenido alcohólico, emblema de las cervezas checas. También es blanda el agua de Munich utilizada en alguno de los estilos más conocidos de cervezas alemanas. Por contra, el agua dura, rica en esas sales y habitual en muchas ciudades inglesas, es ideal para elaborar cervezas británicas como las doradas Pale Ale y las oscuras Porter y Stout.

Malta de cereal 

La Ley de Pureza de 1516 limitaba los ingredientes para la elaboración de cervezas alemanas a tan solo tres: agua, malta de cebada y lúpulo, lo que marcó durante siglos la evolución de sus estilos. Mientras, en países como Bélgica la utilización de otros cereales, especias o frutas estaba ampliamente extendida y aceptada, haciendo posibles variedades tan propias como la Wit de trigo. Más tarde la centenaria ley alemana permitiría la utilización de este cereal dando lugar a sus populares Weissbier, más dulces que sus hermanas belgas. En las islas británicas las cervezas de maltas oscuras como las ya mencionadas Porter y Stout con sus matices de intenso tueste, competían con las más pálidas por las preferencias del consumidor.

Lúpulo

Las variedades de lúpulo cultivadas en cada región han caracterizado también a sus cervezas. La cerveza checa de estilo Pilsen no se entiende sin el lúpulo Saaz, uno de los más aromáticos entre los nobles europeos. En Alemania lúpulos históricos como el Hallertau han ayudado a crear cervezas con un suave y limpio amargor como las Helles. Los lúpulos británicos por su parte suelen ser delicados, con aromas herbales que se trasladan a sus cervezas. Por contra, en las cervezas belgas el papel de este ingrediente suele ser secundario, llegando en ocasiones a utilizar lúpulos envejecidos que aportan menor amargor y aroma.

Levadura

Tanto las cervezas belgas como las británicas son mayoritariamente de tipo Ale. Esto quiere decir que se elaboran con levaduras de alta fermentación, lo que las aporta aromas afrutados y especiados que se suman a los del lúpulo y el cereal. Aunque en Alemania también se elaboran algunas Ale como las de trigo, las cervezas Lager o de baja fermentación gozan de una enorme tradición y popularidad, resultando por lo general menos complejas en cuanto a aroma y sabor que las Ale. También son Lager las más típicas cervezas checas, ya sean las doradas Pilsen o las oscuras elaboradas con maltas caramelizadas, tan diferentes de las oscuras británicas de tipo Ale. 

Una singularidad belga son las cervezas Lambic, elaboradas por fermentación espontánea con levaduras salvajes. Son cervezas de perfil ácido que frecuentemente se equilibra añadiendo frutas.

sugerencias de cervezas

Para finalizar este recorrido y poder comprobar de manera práctica todo lo comentado, aquí os dejamos unas cuantas sugerencias de cervezas que podréis encontrar en el lineal:

Cervezas alemanas ABK Hell (5,0%), Lager suave y dorada con elegantes notas de grano. Franziskaner Weissbier (5,0%) cerveza de trigo y alta fermentación, aromática y refrescante.

Cervezas belgas  Grimbergen Double Ambree (6,5%) y Leffe Triple (8,5%), cervezas complejas por su fermentación tipo Ale y algunos ingredientes extra como el cilantro y cáscara de naranja. Mort Subite (4,0%), una Kriek elaborada con zumo de cerezas que combina dulzor y acidez.

Ahora es el turno de paladear sabores distintos y llenos de historia. Disfrutadlas sorbo a sorbo y como siempre con moderación.

Cervezas británicas Guinness Draught (4,2%), seguramente la Stout más conocida en todo el mundo con sus características maltas oscuras que portan notas de café.

Cervezas checas Pilsner Urquell (4,4%), dorada y brillante, elaborada desde 1842 en la ciudad de Pilsen con lúpulo local Saaz que define su amargor característico.

¡Salud!

Julio Cerezo - Beer Sommelier

Director de Sabeer Academia de laCerveza