Cocinar con cerveza: un toque diferente a tus recetas

Julio Cerezo - Beer Sommelier
Director de Sabeer Academia de la Cerveza

Si eres una de esas personas que de vez en cuando se pone el delantal y entra a la cocina para elaborar nuevas recetas, y si además también eres de los que les gusta la cerveza con locura, hoy te vamos a dejar algunas ideas con las que podrás reunir estos dos placeres en el paladar.

Porque, a pesar de que en España no tenemos el hábito de cocinar con cerveza, nuestra bebida se presta perfectamente para llevar a cabo muy distintas elaboraciones, dando un toque diferente a las recetas, incluso a las de nuestro recetario más tradicional.

Los cocineros profesionales y también los ocasionales de Bélgica, Irlanda o Alemania vienen utilizando la cerveza en sus fogones desde tiempos remotos, de la misma forma que los españoles lo hemos hecho con nuestros vinos. Su experiencia de siglos nos puede servir para dar nuestros primeros pasos y, sobre todo, para evitar algunos errores fatales, ya que, aunque cerveza y vino son ambas bebidas fermentadas de moderado contenido alcohólico, sus ingredientes y características sensoriales son muy distintos y esa diferencia a veces nos puede jugar una mala pasada.

LA INFLUENCIA DEL LÚPULO

En este sentido, una de las grandes diferencias de la cerveza respecto al vino a la hora de cocinar es la influencia del lúpulo, ingrediente destinado a proporcionar amargor y aroma a nuestra bebida. Si elegimos para nuestra receta una cerveza muy lupulada su amargor puede llegar a desequilibrar el plato, especialmente cuando hacemos una reducción a través de la cocción prolongada y dicho amargor se concentra. 

Otro de los habituales atributos sensoriales de la cerveza es el tueste, que llega a su mayor intensidad en las cervezas negras, cuya receta incluye siempre un porcentaje de maltas tan tostadas como los granos de café. El tueste puede pasar de ser un matiz agradable y complementario de otros, a constituir una amenaza para el equilibrio de sabores del plato. De nuevo convendrá estar atentos cuando utilicemos una cerveza oscura para que no resulte muy dominante en el resultado final.

Con estas dos consideraciones principales ya podemos empezar a explorar la cocina cervecera. Aquí os dejamos tres sugerencias para otros tantos tipos de elaboraciones, que podréis aplicar en un buen número de recetas:

sugerencias

  • Rebozados > A la hora de preparar un rebozado la cerveza nos puede potenciar la esponjosidad de éste. Para ello debemos utilizar una que no esté filtrada ni pasteurizada, ya que estos dos procesos prolongan su vida útil, pero eliminan la actividad posterior de las levaduras. Generalmente las artesanas cumplen estos requisitos así que serán una buena opción. En caso de utilizar una cerveza pasteurizada podemos añadir una pizca de levadura para conseguir el mismo objetivo. El secreto para conseguir un rebozado muy esponjoso es preparar una masa con huevo, harina y cerveza, batiendo los ingredientes y dejándolos reposar en un cuenco sellado con film en la parte menos fría del frigorífico. La proporción de ingredientes variará según busquemos la mayor o menor densidad de la mezcla.
  • Salsas > Otro de los grandes usos de la cerveza en cocina es añadirla en guisos, sustituyendo el agua o caldo por el mismo volumen de cerveza. De esta forma añadiremos algunos matices de nuestra bebida al plato y obtendremos una salsa más consistente. Cervezas oscuras, con mayor contenido alcohólico y cuerpo como las dobles o cuádruples belgas son ideales para enriquecer estas salsas y acompañar guisos de carne.
  • Vinagretas > Un campo menos habitual de la cocina cervecera son las vinagretas. En estas salsas frescas de múltiples matices podemos jugar con cervezas ácidas que por su perfil sustituyan parte del vinagre de la mezcla. En el mercado de la cerveza artesana cada día hay más referencias de estilos sour, en ocasiones elaboradas también con frutos rojos y otros ingredientes, que nos pueden dar mucho juego gastronómico.

Acompañar en la mesa el plato elaborado con cerveza con la misma cerveza de su elaboración suele ofrecernos un excelente maridaje por la afinidad, pero también podemos jugar con otras cervezas diferentes para buscar divertidos contrastes.

¡Salud!