¿Cómo se hace la cerveza sin alcohol?

Julio Cerezo - Beer Sommelier
Director de Sabeer Academia de la Cerveza

La cerveza sin alcohol ha ganado protagonismo entre nosotros durante los últimos años, en parte por la necesidad de un gran número de personas que por recomendación médica tienen prohibido el consumo de alcohol, pero también por la elección de otras que simplemente quieren reducir su ingesta y para lograrlo sustituyen o alternan su consumo con el de las alcohólicas.

¿cuáles son sus beneficios?

Entre los beneficios de beber cerveza sin alcohol no solo están los ya conocidos de evitar la embriaguez, permitir una conducción segura o impedir la interacción con alguna medicación; también encontramos otros como su menor aporte calórico y mayor capacidad de hidratación frente a las que sí tienen grado alcohólico. Incluso algunos estudios han descrito los posibles beneficios del consumo moderado de cerveza sin alcohol durante el embarazo y tras la práctica deportiva.

Pero a pesar de la cotidianidad de este tipo de cerveza y de que España es líder mundial en consumo de la categoría, aún hoy muchos de sus adeptos no conocen con exactitud cuál es su proceso de elaboración y cómo difiere del habitual entre las cervezas con contenido alcohólico.

Veamos de manera sencilla cuáles son los métodos más habituales para producir cerveza sin alcohol: Las primeras elaboraciones de cerveza sin alcohol a nivel industrial parecen tener su origen en la aplicación de la Ley Seca en los Estados Unidos durante la segunda década del siglo XX, ley que como sabemos prohibía la elaboración, venta y consumo de bebidas alcohólicas.

Partiendo de una cerveza estándar ya terminada, los fabricantes elevaban la temperatura del líquido por encima de los 78ºC, a partir de la cuál se produce la evaporación del alcohol, pero sin aproximarse nunca a los 100ºC para evitar la evaporación del agua. Si bien el proceso era sencillo, ese sobrecalentamiento final afectaba sustancialmente al sabor de la cerveza, dando como resultado un producto poco apetecible al paladar.

Con la aplicación de sucesivos avances técnicos aquel proceso pionero se ha mejorado progresivamente, siempre con el objetivo de respetar lo máximo posible el perfil organoléptico de la cerveza.

Por ejemplo, se ha reducido considerablemente la presión del tanque en el que se calienta el líquido para así conseguir disminuir la temperatura de evaporación del alcohol. Ese calentamiento mucho más moderado altera en menor medida el sabor de la cerveza inicial y mejora sustancialmente el producto. Junto a los métodos que se basan en la eliminación del alcohol existen otros que ponen el foco en evitar su formación.

Son lo que llamamos procesos de fermentación controlada, en los que el maestro cervecero maneja las temperaturas y los tiempos en los que la levadura entra en contacto con el mosto para tratar de reducir drásticamente su metabolización de los azúcares y como consecuencia la generación de alcohol.

Un periodo de fermentación reducido a tan solo unas pocas horas y una temperatura del mosto poco propicia para las cepas de levadura dificultan el trabajo de éstas y dan como resultado una cerveza con un contenido alcohólico casi nulo.

Gracias a la constante investigación de la industria cervecera, cada vez llegan al mercado nuevas cervezas sin alcohol elaboradas por uno u otro método cuyo aroma y sabor se acerca más y más al deseado por el consumidor. Aquí os dejamos algunos ejemplos de ese esfuerzo que encontraréis en el lineal:

  • Mahou 0,0 Tostada > una nueva categoría dentro del mundo de las 0,0 en la que el tueste del cereal caracteriza el aroma y sabor de la cerveza.
  • Amstel Radler 0,0 > una refrescante versión de las populares radler con toques cítricos del limón y nada de alcohol.
  • Celestial IPA sin alcohol > un paso más allá para aquellos amantes de los aromas y sabores del lúpulo con esta IPA de inspiración americana y menos de 1% de alcohol.

¡Salud!