¿Las cervezas caducan?

Julio Cerezo - Beer Sommelier
Director de Sabeer Academia de la Cerveza

Si observamos con atención cualquier botella o lata de cerveza, comprobaremos fácilmente que en su etiquetado aparece una fecha de consumo preferente y no de caducidad. De esta circunstancia podemos deducir que la cerveza no tiene un periodo limitado de consumo y por lo tanto 'no caduca', pero no por ello debemos pensar que nuestro líquido permanece inalterable desde su elaboración hasta que abrimos en el envase poco o mucho tiempo después.

un consumo preferente

Desde que sale de fábrica, cualquier cerveza va cambiando lentamente sus características sensoriales, modificando su percepción organoléptica. Por eso las marcas fijan una fecha de consumo preferente en la que consideran que el producto aún ofrece las características de aspecto, aroma y sabor que le corresponden.

Son varios los factores que condicionan el periodo de consumo preferente de cada cerveza, con un abanico temporal que oscila desde unas pocas semanas hasta más de una década. En efecto, el estilo de cada cerveza, sus características particulares y algunas decisiones del maestro cervecero durante el proceso de elaboración, definen cómo le va a sentar el paso del tiempo.

Por lo general, aquellas cervezas de cuerpo más ligero y contenido alcohólico moderado deben ser consumidas lo más cerca posible de la fecha de elaboración. También cuando hablamos de cervezas de perfil lupulado como las IPAs, será recomendable beberlas a las pocas semanas de salir de fábrica. Es ahí cuando los aromas florales, herbales y frutales de este ingrediente están en su máximo esplendor.

Por contra, las cervezas de mayor maltosidad, cuerpo y grado alcohólico pueden soportar mejor el paso de los meses, incluso de los años, y hasta ofrecernos interesantísimas versiones evolucionadas de su perfil habitual. Cervezas de gran complejidad como las quadrupel u otras de alta intensidad y con envejecimiento en barrica, pueden ganar redondez y matices con el paso del tiempo.

cervezas ácidas tradicionales belgas

Mención aparte merece la categoría de cervezas ácidas tradicionales belgas, para las que la escala temporal cambia por completo. Una de estas cervezas se considera 'joven' tras un año de maduración, siendo habitual embotellarlas combinándolas con otras de dos y tres años, lo que en su momento dio origen al estilo Gueuze. Estas cervezas permiten su consumo óptimo durante muchos años, ya que en un medio ácido los microorganismos no prosperan fácilmente y por tanto ningún 'polizón' modifica su perfil de manera no deseada.

Pero no solo el estilo marca el periodo de consumo ideal de una cerveza. También lo hacen algunas elecciones durante el proceso de elaboración como el filtrado y el pasteurizado, que pueden ampliar significativamente ese horizonte temporal. Aquí los caminos se bifurcan entre los elaboradores que optan por no filtrar ni pasteurizar para conservar todos los aromas y sabores de los ingredientes, y aquellos que sí que lo hacen por juzgar que las ventajas de una mejor conservación superan con creces las posibles pérdidas de matices.

Sea cual sea el estilo de la cerveza que vayamos a consumir y esté o no filtrada y pasteurizada, debemos cuidar su conservación para prolongar sus mejores características sensoriales. Para ello recomendamos:

  • Almacenar las cervezas en un lugar fresco, seco y alejado de la luz solar.
  • Guardar las botellas en posición vertical.
  • Consumir primero las que tengan una fecha de elaboración más antigua.

¡Salud!