Las cervezas británicas de un vistazo

Inglaterra, Escocia e Irlanda cuentan con antiquísimas culturas cerveceras que se mantienen vivas a día de hoy. Algunos de sus estilos propios, nacidos entre 1700 y principios del siglo XX, siguen siendo de los más apreciados por los nuevos cerveceros artesanos: Pale Ale/ Bitter e IPA, Red Ale, Barley Wine, Brown Ale, Wee Heavy, Scotch Ale, Porter, Stout…

La cerveza inglesa, una de las más apreciadas en el mundo

La insularidad ha hecho que su tradición crezca de forma aislada sin las tendencias del continente, convirtiéndolas en distintas y especiales tanto en sus levaduras como en el carácter de sus maltas, sus variedades de lúpulo, sus ritos de consumo y estilos.

Mientras la mayoría de la población mundial se decantaba por las Lager, los británicos mantuvieron la fermentación Ale como seña de identidad. De hecho, si viajas a Inglaterra, te darás cuenta de que ellos piden una cerveza usando el término ‘Ale’ y no ‘beer’.

Una gran parte de sus cervezas tienen una graduación y una carbonatación bastante moderadas. Son bebidas de trago largo, ya que el clima húmedo y lluvioso, propicia las largas tardes en el pub.

Y es que los pubs son grandes protagonistas de estas islas, fueron el eje de la vida social de las comunidades que nacieron con el paso de la Edad Media a la Moderna, cuando se crearon villas y fábricas comunitarias en las que se elaboraba y bebía cerveza.

Las primeras cervezas ‘industriales’ británicas

La primera y segunda Revolución Industrial fueron decisivas en el mundo de la cerveza británica. Aparecieron grandes fábricas con vocación exportadora, con nuevos avances técnicos en su elaboración. Sus métodos inspiraron a todo el planeta.

La técnica ‘Dry Hopping’ es una de las que más impacto ha tenido. Consiste en añadir lúpulos frescos en la maduración de la cerveza y no solo en su cocción. Hoy está de moda, y casi todas las cervezas de estilo American Pale Ale e IPA se elaboran de esta manera.

El aislamiento en el que ha evolucionado la cerveza británica, la ha dotado de un carácter propio que atrae a los grandes y más exquisitos consumidores de cerveza en todo el mundo.

Prueba el encanto de las islas… ¡sobre todo con el paladar!