El porrón de cerveza

Julio Cerezo - Beer Sommelier
Director de Sabeer Academia de la Cerveza

Todos hemos leído o escuchado alguna vez que la historia es pendular, que las modas siempre vuelven y que lo que causaba furor entre nuestros abuelos vuelve a estar de moda entre los más jóvenes. En este viaje de ida y vuelta, las solapas anchas o estrechas, los pantalones de pitillo o de campana, el tabaco de liar o no... Y por supuesto, el porrón, vuelven a aparecer entre nosotros cuando ya casi los habíamos olvidado.

¿qué es un porrón?

Y es que el porrón era hasta hace poco un utensilio tan extinguido en nuestros hogares como el teléfono de disco giratorio, pero a lo largo de estos últimos años parece que ha vuelto a cobrar cierta vida especialmente de la mano de la cerveza, tanto de las rubias de gran consumo como de las especialidades típicas artesanas.

Pero vayamos al origen del instrumento: el 'porrón' tiene su ancestro en el llamado 'ritón', un recipiente construido con diversos materiales y con forma de cuerno, en el que los romanos se servían generalmente vino, sobre todo en fiestas rituales. Este cuerno se podía utilizar a modo de vaso bebiendo por su borde más ancho o dejando caer el líquido por el orificio de su extremo más delgado, que se debía taponar entre trago y trago con el dedo.

Durante siglos el ritón fue evolucionando hasta dar lugar a nuestro porrón, recipiente que podía ser de barro, como el botijo, o más recientemente, de vidrio. Con una base plana que permitía apoyarlo sobre la mesa, un canal de entrada más ancho para rellenarlo y agarrarlo y otro más estrecho para escanciar, el porrón fue protagonista en tabernas y hogares a la hora de disfrutar del vino en compañía.

Pero quien dice vino dice vino con gaseosa, sidra o cerveza. Porque el porrón nunca fue un recipiente diseñado para mejorar la percepción organoléptica de una determinada bebida sino un utensilio funcional que permitía compartir el líquido de una forma higiénica sin necesidad de vasos.

el porrón y la cerveza

Como decíamos más arriba, durante los últimos años hemos visto un cierto resurgimiento del uso del porrón en el ambiente de la cerveza artesana, especialmente en ferias y eventos de carácter festivo, pero también algunos cerveceros reputados del sector lo han usado en público defendiendo sus virtudes para saborear determinados estilos de cerveza, como por ejemplo las lámbicas.

Entre sus posibles ventajas nos esgrimen la mayor oxigenación de la cerveza al romper el chorro en la boca, y también una intensificación de aromas y sabores, al sufrir el líquido un mayor aumento de su temperatura que cuando lo bebemos a sorbos, por la diferencia de volumen entre una y otra forma.

Respetando como siempre hacemos la elección de cada persona para disfrutar su cerveza de la forma que prefiera, a nuestro juicio el porrón de cerveza no pasa de ser una opción simpática y festiva para ciertas situaciones, tanto como lo puede ser un cuerno vikingo, recipiente que también vemos de vez en cuando en algunos eventos.

Un porrón lleno de una cerveza fresquita sin mayores pretensiones puede ser divertido para compartir con los amigos o la familia, y provocar las habituales risas como consecuencia de la mayor o menor pericia de los bebedores. También resulta más higiénico que compartir una 'litrona' a morro y más ecológico que usar un montón de vasos desechables.

Vistas sus ventajas, ya es decisión personal hacer o no este viaje al pasado, tanto como elegir un pantalón de campana, sacar del desván un radiocasete o lucir hombreras ochenteras.

¡Salud!