Durante los últimos años el lúpulo ha dejado de ser un término utilizado solo entre los cerveceros para empezar a formar parte del vocabulario de muchas personas. La mayoría son amantes de la cerveza, pero también hay otras que están más interesadas por las propiedades terapéuticas de esta planta. Incluso hemos visto al lúpulo protagonizar un anuncio de televisión en el que despertaba ciertas sospechas por parte de un guardia civil. Dado el creciente interés que el lúpulo viene adquiriendo en nuestra sociedad, conozcamos un poco mejor este ingrediente natural de la cerveza.
¿Qué es el lúpulo? Es una planta de la familia de las cannabáceas, con las que comparte características de aspecto y aroma, de ahí el equívoco del anuncio citado. Sin embargo, sus efectos en nuestro organismo no son similares a los del cannabis. En estado silvestre crece trepando alrededor del tronco de los árboles, pero cuando es cultivado lo hace enroscándose sobre alambres o guías, alcanzando frecuentemente los 8 metros de altura. Necesita de un clima fresco y húmedo para su desarrollo que culmina al final del verano, momento en el que se recolectan sus flores femeninas en forma de pequeños conos verdes para obtener las preciadas sustancias de su interior.
¿Qué propiedades tiene el lúpulo? Sin duda las propiedades más valoradas del lúpulo son aquellas que tienen que ver con su uso en la elaboración cervecera, aunque no sea este su único ámbito de aprovechamiento ya que, como veremos, también juega un papel como planta medicinal.
El lúpulo aporta a la cerveza un amargor característico que equilibra el dulzor de los azúcares del cereal. De la cantidad y variedad de lúpulo utilizada en cada receta dependerá no solo la cantidad de amargor sino también una parte importante del aroma de la cerveza. La causa es la presencia de unas cápsulas resinosas en sus flores que le aportan notas herbales, florales, especiadas, resinosas, cítricas e incluso de fruta tropical.
Las ventajas del uso del lúpulo en la elaboración cervecera van mucho más allá de lo estrictamente sensorial pues también ayuda a la correcta formación de la espuma y, sobre todo, ejerce de conservante natural, evitando la proliferación de bacterias que alterarían el sabor de nuestra bebida.
Uno de los primeros testimonios escritos acerca de esta interesante propiedad conservativa del lúpulo la encontramos en la obra de Hildegarda de Bingen, monja benedictina erudita como pocas figuras de su época. Ya en el siglo XII escribió sobre las ventajas de esta planta frente a otras que se utilizaban entonces para evitar que la cerveza se echara a perder durante el tiempo que pasaba entre su elaboración y consumo.
¿El lúpulo aporta beneficios para la salud? Para responder a esta pregunta no abandonamos a Santa Hildegarda. La conocida como Sibila del Rhin no se dedicaba como tantos monjes de su época a fabricar y vender esta bebida, fue el estudio de las plantas medicinales lo que la llevó hasta el conocimiento de nuestra planta. Para Hildegarda, el lúpulo resultaba un remedio eficaz contra diferentes afecciones del sistema nervioso por sus efectos relajantes. Nueve siglos más tarde es posible encontrar distintas presentaciones de lúpulo en herbolarios y parafarmacias para combatir afecciones como el insomnio.
Como amante de la cerveza y sin desestimar ninguna de sus otras ventajas y formas de uso, aquí os dejo alguna sugerencia de cervezas en las que el lúpulo es el principal protagonista por aroma y sabor, y que seguro que harán un efecto terapéutico en vuestro paladar:
Mahou 5 Estrellas Session IPA (4,5%) perfecta para introducirse en el mundo de las cervezas más lupuladas sin recibir un fuerte impacto ya que su amargor es moderado y en boca es fresca y ligera.
Tyris IPA (6%) una IPA artesana con intensas notas cítricas, herbales y resinosas que se equilibran con una maltosidad moderada.