El color del vino

¿Sabías que el color del vino nos aporta mucha información sobre cómo será el contenido la copa que vamos a disfrutar? Pues sí, y es por ello que, en la cata, uno de los aspectos que analizamos los catadores es la vista.

vinos blancos

Los colores van desde:

  • VERDE LIMÓN: lo encontraremos en los vinos más jóvenes, los que no tienen paso por barrica, y que además corresponden a climas fríos. Por ejemplo, los vinos jóvenes elaborados con la variedad Verdejo en Rueda. Los matices a hierba recién cortada serán los protagonistas.
  • AMARILLO LIMÓN: suelen ser vinos jóvenes también, los Albariños de Rías Baixas suelen mostrarnos estos colores. La fruta fresca va a ser su carácter dominante.
  • AMARILLO DORADO O ÁMBAR: cuando veamos un vino donde el dorado prevalezca nos indica que el vino puede haber tenido cierta crianza, años de guarda o una elaboración especial. Por ejemplo, los vinos blancos de Rioja con crianza en barrica, en los que aparecerán aromas de madera, fruta más madura y seguramente notas lácteas de la fermentación con sus lías. Los vinos dulces también suelen presentar estos colores debido a una vendimia más tardía de las uvas o a la pasificación de las mismas.
  • MARRONACEO: nos indica oxidación en el vino, es decir, contacto prolongado del vino con el oxígeno. Esto puede ocurrir en vinos muy viejos o en elaboraciones especiales donde esto se busca, es el caso de Amontillados, Olorosos, vinos rancios, Pedro Ximénez, en estos casos los aromas van a girar entorno a los frutos secos, pasas y fruta muy madura.

El color marronaceo también puede ser indicativo de un defecto, que el vino se haya conservado mal y que el aire haya pasado a través del corcho, o que haya estado expuesto a la luz solar directa… En estos casos los aromas que debería tener el vino no aparecerán y encontraremos fruta cocida, por ejemplo.

Los vinos blancos se suelen hacer con uvas blancas, pero ¿sabías que también se pueden hacer de uvas tintas? Es lo que los franceses llaman Blanc de Noirs, y es muy habitual en los Champagnes.

Esto es posible ya que las uvas tintas tienen los pigmentos colorantes en la piel, si nosotros estrujamos rápidamente las uvas tintas y no las dejamos en contacto con los hollejos no se llega a colorear el zumo de la uva, obteniendo así un vino blanco de uvas tintas.

Esto nos sirve para explicar el color de los vinos rosados, que se pueden hacer de uvas tintas y blancas, cuanto más tiempo dejemos el mosto en contacto con las pieles obtendremos vinos más o menos coloreados.

vinos rosados

  • PIEL DE CEBOLLA: son los rosados más pálidos, los que han tenido poco contacto con la piel de las uvas. Un claro ejemplo son los rosados provenzales, frescos, ligeros y con aromas muy florales.
  • FRAMBUESA: tal y como vamos dejando que se maceren las pieles con el mosto este va adquiriendo tonos más profundos, obteniendo vinos muy afrutados con notas de frutos rojos o negras.
  • SALMÓN: si los vinos rosados se envejecen en barrica, al igual que los blancos, el color va sufriendo una micro oxigenación que apaga los tonos más vivaces y aparecen algunos tonos anaranjados. Son vinos donde notaremos el paso del tiempo y la aportación de la barrica.

vinos tintos

  • PÚRPURA O VIOLÁCEO: el color violeta es síntoma de juventud en un vino tinto, seguramente sin paso por barrica o una estancia muy corta. Son vinos donde predomina la fruta fresca, moras, frambuesas, arándanos o fresas combinados con un toque lácteo fruto de una fermentación reciente.
  • RUBÍ: cuando el violeta pasa a un segundo plano y el color dominante es el rojo estamos ante un vino color rubí. Normalmente lo encontraremos en vinos con crianza, donde los aromas de fruta se combinan con los tostados de la madera. Su principal virtud, el equilibrio de ambos.
  • GRANATE: cuando el color rojo se va degradando y empezamos a ver matices anaranjados es síntoma de un vino con años, por ejemplo, los vinos Reserva, donde las notas de fruta quedan más lejos y va cobrando protagonismo la barrica, las especias tipo pimienta y clavo y también los frutos secos, cuero, champiñón, etc.
  • TEJA: el color teja es propio de un vino viejo, donde el contacto con el aire ha degradado ese color, es propio de los vinos Gran Reserva o esos vinos que han quedado olvidados en nuestra bodega. ¡Ojo! Que también puede ser signo de una mala conservación tal y como te hemos explicado antes.

¿Te has dado cuenta de cuántas cosas podemos intuir con el sentido de la vista? Son muchas pistas las que nos da el color y que, después de probar el vino, podremos corroborar si estamos en lo cierto.

¡Entrena todos tus sentidos y a catar!