Historia del vino: ¿cómo se elabora en la actualidad?

Eva Pizarro

Sumiller en restaurante Fierro y formadora en Tandem Gastronómico.

La historia del vino nos conduce hasta tiempos muy remotos; las primeras pruebas inequívocas se remontan a la prehistoria, en la zona del Cáucaso, en Armenia y Georgia. Allí se han encontrado testimonios de una bebida fermentada a base de uvas, seguramente fruto de la casualidad. Unas uvas guardadas durante un tiempo para poder ser consumidas en diferentes momentos que fermentan de forma natural dando como resultado un líquido desconocido hasta entonces, pero con propiedades muy diferentes al zumo de uva.

Su elaboración se extiende a lo largo del segundo milenio antes de Cristo, y su consumo está estrechamente ligado a ritos religiosos, como será durante mucho tiempo. Así se demuestra también en detalles de sarcófagos egipcios, en las referencias del Antiguo Testamento y demás restos encontrados.

FENICIOS Y ROMANOS

Los fenicios, navegantes y comerciantes, fueron los responsables de la introducción del cultivo de la vid en la península ibérica. A lo largo de los siglos X y XI antes de Cristo, extendieron su área de influencia por las costas meridionales de Europa y norte de África, llegando en busca de oro, plata y otros metales y, a cambio, traían productos desconocidos hasta entonces por nosotros, como el vino y su forma de cultivarlo.

En Doña Blanca, Cádiz, existe un asentamiento donde se encuentra la bodega conservada más antigua de Europa, que muestra de forma clara la existencia de actividad vinícola, lagares para pisar uva y zonas de almacenamiento del vino.

El vino, en aquella época, era muy distinto al que conocemos ahora. El vino tenía que viajar y para ello, necesitaban técnicas para que se mantuviese en perfecto estado de consumo y no se estropease añadiendo al vino cenizas, miel, o resinas.

Con los romanos llega la gran expansión a través de la expansión de su imperio. Pero el vino seguía siendo algo muy distinto a como lo conocemos hoy, se mezclaba con agua, era muy dulzón, y se aromatizaba con plantas y especias, además se transportada en ánforas y sería mucho después cuando se introduce el uso de la madera para su trasporte y lo que hoy conocemos como barricas.

la edad media

La Edad Media juega un papel muy importante, las órdenes eclesiásticas son las responsables de custodiar en sus monasterios los conocimientos y practicas vinícolas hasta el punto de ser grandes innovadores en su elaboración y también en hacer las primeras clasificaciones en función de su calidad. No será hasta el siglo XVII cuando aparezcan los grandes avances en el vino: la botella de cristal, el tapón de corcho... y se empiezan a asentar las grandes zonas vinícolas del mundo: Burdeos, Borgoña, la Toscana, España…

Paralelamente, el vino había llegado a América, con la colonización y allí también fueron los misioneros quienes se encargaron de su difusión. De aquellos tiempos al nuestro, la elaboración del vino ha cambiado mucho. Hoy conocemos bien las variedades que mejor se adaptan a cada zona, conocemos las mejores viñas y los sistemas de cultivo que precisan para obtener el mejor vino. También han surgido diferentes tipologías de vinos: espumosos, licorosos, generosos… y los avances en las bodegas gracias a la tecnología hacen de su elaboración un proceso seguro y estable para elaborar vino y ser comercializado por todo el mundo.

pero veamos cómo se hace el vino

  • El vino empieza en la vid, en la planta y en el lugar donde esta se encuentre. Esto va a marcar definitivamente el carácter del vino que obtengamos. Para ello las prácticas de viticultura que adopte cada viticultor deben ir dirigidas al tipo de vino que quiera elaborar.
  • Tras ello, llegará la vendimia, momento crucial para obtener las uvas en su mejor momento. También será definitoria si queremos hacer un vino seco, dulce, joven o con crianza…
  • Una vez en bodega, las uvas se seleccionan, se despalillan y pasan a un recipiente para su fermentación. De nuevo la fermentación será clave en el vino que obtengamos y para ello los enólogos disponen de muchos recursos para adaptarla a sus necesidades.
  • Tras la fermentación obtendremos un vino joven, que se podrá embotellar y comercializar, o podremos optar por criar en vino. Normalmente este proceso va asociado a las barricas de roble, pero el elaborador también puede escoger otros recipientes como damajuanas, fueres, tinajas o la propia botella. Tras el tiempo estimado el vino saldría al mercado con la mención de crianza que corresponda al tiempo transcurrido.

Como siempre digo, conocer un producto nos permitirá disfrutar mucho más del mismo. Hoy hemos dado un buen paseo por la historia del vino y su elaboración, te esperamos con muchos más contenidos para que tu copa de vino sea todo un placer para tus sentidos.