¿Los blancos con pescado y los tintos con carne?

Es cierto que el vino esconde muchos secretos y son muchas las leyendas urbanas que circulan alrededor de este mundo. En esta sección trataremos de desmitificar algunas de estas creencias y daros consejos fiables.

EVA PIZARRO / sumiller

¿LOS BLANCOS CON PESCADO Y LOS TINTOS CON CARNE?

Es cierto que los blancos funcionan habitualmente muy bien con pescados pero también con otros alimentos. Os proponemos que probéis los siguientes maridajes:

•  Guisos de cuchara, por ejemplo una fabada, con un blanco con buena acidez, como un albariño o un verdejo, veréis cómo el efecto es impresionante. 

•  Una caballa o un salmón con un vino tinto joven. Al ser pescados grasos, con mucha identidad, el vino tinto le juega de tú a tú, se equilibran y respetan todos los sabores.

•  Y cuando el picante no es tu punto fuerte, pero no quieres renunciar a él, prueba cualquier plato picante con un moscatel o gewürztraminer con un ligero dulzor y veras cómo el picante disminuye sensiblemente. ¿Magia? No, maridaje.

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¿LOS BLANCOS DAN DOLOR DE CABEZA?

Cuántas veces hemos oído eso de: “blanco no, por favor, que me da dolor de cabeza”. Te damos las razones por las que esto ocurría antes, pero ahora no te debe preocupar.

Normalmente los vinos blancos eran más inestables, es decir se estropeaban antes, sobre todo si no procedían de una buena vendimia. Por ello era bastante habitual la adición de sustancias químicas y tratamientos para conservarlos, y esos productos eran los principales causantes de esas jaquecas.

Hoy en día, en general, los viticultures tratan con mucho mimo sus vinos, y solo se dan los tratamientos indispensables para que las vides no enfermen y crezcan sanas. Aun así, si eres muy sensible a estos productos, hay gran cantidad de bodegas que elaboran vinos naturales, es decir sin ningún tipo de adición ni tratamientos.

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¿LA TEMPERATURA DEL VINO DEPENDE DE LA ESTACIÓN?

En época estival es práctica habitual tomar los vinos más fríos de lo que se debiera. Pero has de saber que el frío es un inhibidor de sabores y aromas y, al enfriarlo, nos estamos perdiendo un montón de componentes que forman parte del vino. Para que te hagas una idea, en algunos restaurantes, cuando un vino no era de gran calidad, los camareros solían enfriarlos más de la cuenta para esconder esos posibles defectos. Así pues, es mejor tomarlos a la temperatura adecuada en cada momento, y si ahora no apetece un tinto a 14 grados igual es porque es momento de blancos y rosados.



Te damos unas indicaciones para que aciertes en la temperatura de servicio de cada vino:


Por cierto, nunca pongas cubitos de hielo en un vino, estarás diluyéndolo y echando a perder su sabor y su aroma.