Si eres amante del vino te habrás dado cuenta que, en los últimos años, la palabra sulfitos se ha asentado como un concepto vinculado a los vinos, pero… ¿sabemos realmente qué es el sulfito?
El Anhídrido de Sulfuroso o Dióxido de Azufre es un conservante químico que se añade a muchísimos alimentos y bebidas desde hace mucho tiempo, no es algo reciente ni vinculado exclusivamente al vino.
Los sulfitos a los que hacemos referencia, y que vemos en el vino como una especie de posos o cristalitos, son sales producidas por la combinación del ácido sulfuroso antes mencionado con otros elementos. Debes saber que no siempre es añadido, durante el proceso de elaboración del vino también se pueden generan sulfitos de forma natural.
Lo que sí es cierto, es que se suele vincular el uso de sulfuroso a la enología moderna, porque así se puede tener mayor control durante todo el proceso.
¿Por qué los usamos en la elaboración del vino?
¿Por qué los usamos en la elaboración del vino?
Muy sencillo, es una cuestión de color. Los sulfitos son un antioxidante que nos ayuda a prevenir perdida de color o degradación en los vinos. La vista juega un papel muy importante y un vino que presente un color que no se corresponda con los cánones establecidos puede ser fácilmente rechazado.
¿Es necesario utilizar sulfitos para la elaboración de vino?
¿Es necesario utilizar sulfitos para la elaboración de vino?
Digamos que no es imprescindible, si partimos deun viñedo sano donde no se hace uso de pesticidas o herbicidas químicos, nohará tanta falta porque estas uvas llegarán en perfecto estado a bodega. Además,si el enólogo hace un trabajo cuidadoso con unas condiciones de higieneóptimas, se podrá trabajar con bajos niveles de sulfatos o sin ellos.
¿En qué afecta la adición de sulfuro al vino?
¿En qué afecta la adición de sulfuro al vino?
De alguna u otra manera, siempre va a afectar a sus sabores y aromas. El mercado americano obligó hace unos años a indicar en las etiquetas de vinos: “Contiene Sulfitos”. Seguro que lo has visto alguna vez, porque a raíz de ello se generalizó el concepto entre los consumidores.
Hoy en día, la mayor parte de bodegas trabajan con cantidades bajas de sulfuroso o sin él, además, estos parámetros están regulados por los reglamentos de sanidad.
Los vinos sin sulfitos pueden ser muy diferentes unos de otros, pero esto ya forma parte de su naturaleza. El vino evoluciona y lo bonito de todo ello es que cada botella representa una sorpresa.