Como sumiller, una de mis principales tareas, es tratar de ayudar al cliente en la elección de un vino. Esto de primeras puede parecer muy fácil, pero no lo es, para nada. Hay varios factores que debemos tener en cuenta, el tipo de cliente, la situación para la que busca el vino, sus gustos, sus niveles de conocimiento, con que comida lo va a acompañar, cuanto quiere gastar. ..
Mi tarea consiste básicamente en tratar de descifrar esas preguntas sutilmente y tratar de aconsejar lo mejor posible. El problema viene muchas veces cuando el consumidor no sabe muy bien como explicarte que tipo de vino le gusta. Pues bien, hoy vamos a trazar una guía rápida de los tipos de vinos blancos que podemos encontrar, y seguro que con estos consejos tu elección te resulta mucho más fácil.
Empecemos por lo más básico y quizás lo más obvio, pero que muchas veces lleva a equívoco:
¿SECO O AFRUTADO?
¿SECO O AFRUTADO?
Suele ser una de las frases más escuchadas, pero es un gran error para ver el estilo del vino que se busca, ya que seco o afrutado no son términos opuestos. Un vino puede ser seco y afrutado al mismo tiempo, por tanto no nos vale para descartar un tipo u otro.
El término seco se refiere a la cantidad de azúcar que contiene un vino, la clasificación de vinos según su dulzor es la siguiente:
• Vinos Secos: menos de 5 g/l de azúcar.
• Vinos Semisecos: de 5 a 15 g/l de azúcar.
• Abocados: entre 15 y 30 g/l de azúcar.
• Semidulces: entre 30 y 50 g/l de azúcar.
• Dulces: más de 50g/l. de azúcar.
La mayoría de vinos son secos, salvo algunas elaboraciones especiales o tipos de vino que oscilan entre semisecos y abocados, y el resto, se reconocen fácilmente como vinos con bastante azúcar, lo que identificamos como dulces y los situamos como vinos para postres o sobremesa.
El término afrutado, hace referencia a los aromas, es decir, vinos que presentan muchos aromas normalmente de frutas y flores. Estos suelen ser vinos elaborados con variedades como Sauvignon Blanc, Moscatel o Malvasía.
Por tanto, vemos que son dos adjetivos que no hablan de lo mismo. Lo correcto sería preguntar: ¿Seco, dulce o ligeramente dulce?
¿joven o crianza?
¿joven o crianza?
Aquí tenemos otra de las grandes diferencias en los vinos, y que estableciendo lo que nos apetece nos facilita mucho una elección correcta.
Ya sabemos que los vinos jóvenes, tanto blancos, rosados o tintos, pueden ser envejecidos, normalmente criados en barrica, más o menos tiempo según el vino que queríamos hacer. Y dependiendo de ello, el vino presentará características bien distintas. Esta es la clasificación de los vinos blancos en España según su tiempo de crianza:
▪ Vino joven (o de cosecha): es aquel que no pasa por ningún proceso de crianza. Sus características van a ser muy primarias, basadas en los aromas de la uva, sin intervención de las notas que aporta la madera. Suelen ser vinos muy frescos, directos y pensados para un consumo inmediato.
▪ Vino roble (o semicrianza): son aquellos vinos que si que tienen algo de crianza en barrica, pero por un periodo breve, no más de 6 meses. Por tanto encontraremos muchos aromas propios de los vinos jóvenes, pero empezarán a aparecer ciertas notas de madera y algo más de complejidad.
▪ Vino crianza: estos vinos deben pasar al menos 6 meses en barricas de los 18mínimos, y una posterior crianza en botella antes de salir al mercado. En ellos las notas de la madera serán más evidentes y encontraremos nuevos aromas que se forman en el periodo de crianza en botella. Normalmente serán vinos con más cuerpo, mas complejidad, y que pueden evolucionar y mejorar aun.
▪ Vino reserva: en estos vinos la crianza mínima es de 24 meses, con un mínimo de 6 en barrica.
▪ Vino gran reserva: en este caso el tiempo de crianza se extiende a 48meses, siendo de nuevo necesario un mínimo de 6 en barrica. En los dos últimos casos nos encontramos ante vinos donde los sabores terciarios provenientes dela crianza son los predominantes sobre la fruta, vinos con mas cuerpo y estructura y de notable complejidad.
Estos tiempos son aproximados, ya que cada Denominación de Origen puede variar los plazos en función de sus condiciones.
Así pues, la crianza puede ser un factor diferenciado a la hora de poder elegir el vino que más nos apetece en cada momento.
¿ espumosos o tranquilos?
¿ espumosos o tranquilos?
No nos olvidemos, que cuando hablamos de vinos blancos también debemos incluir los vinos espumosos, ya que no dejan de ser vino con la peculiaridad de contener burbujas. No los descartemos a la hora de decidir que vino es el que buscamos.
Factores como el país, la región, el tipo de elaborador, una marca en concreto, también pueden ser determinantes a la hora de escoger.
Pues bien, ya tienes una guía rápida para poder buscar tu vino perfecto!