Muchas veces queremos tener un detalle con alguien o llevar un regalo a una cena pero, tenemos tantas posibilidades entre las que elegir, que nos cuesta decidirnos. Si quieres ir a lo seguro, hay algo que nunca falla: una buena botella de vino.
Para acertar, sería interesante averiguar el nombre del vino favorito de la persona a la que queremos sorprender y el porqué. De este modo tendremos las pistas necesarias para dar en el clavo.
Para ello, intenta descubrir su denominación de origen preferida, si es más de vinos dulces o secos, sise inclina más por los jóvenes o por aquellos con crianza e incluso la variedad de uva que le apasiona. Así, indagando sobre sus gustos, podremos encontrar alguno parecido que le sorprenda.
Así, indagando sobre sus gustos, podremos encontrar alguno parecido que le sorprenda. No obstante, hay algunos consejos genéricos que nunca fallan.
Por ejemplo, si el vino es para una persona que se está iniciando en este maravilloso mundo, suele ser aconsejable que si se opta por un tinto sea o muy joven – con un carácter frutal que lo hace familiar – o añejado un largo tiempo en barrica, para que así se haya limado cualquier astringencia o aspereza y sea sutil al beberlo.
Mientras que, si se decide por adquirir un blanco, este debe tener un punto mínimo de dulzor, ya que el dulce es el primer sabor que gusta y siempre resulta más fácil. El rosado también es buena idea cuando es ligero. Y si se regala cava o champagne, mejor que sea con muchos meses de crianza, ya que así la burbuja será más pequeña y el tacto al tomarlo será más cremoso.
Si en cambio, es para alguien más experimentado, otra buena opción es buscar un vino, o varios, que mariden con su comida favorita.
La otra, mucho más emotiva, es comprarle el vino que le recuerda a alguna época de su vida o a algún familiar o amigo suyo.
Para completar el regalo, puedes acompañar la botella de vino con un accesorio como un sacacorchos, unos marca copas para no dudar en ¿cuál es la mía?, un drop stop para evitar manchas en el mantel o el tapón que hace que el cava mantenga el gas, ya que, por mucho que se diga, no funciona poner la cucharita.
¡Toma nota de todo y regala el vino perfecto!