Una de las preguntas a las que más me he enfrentado como sumiller, es a aquella de: ¿Este vino es seco o afrutado? Una pregunta difícil de contestar si partimos de la base de que la propia pregunta está mal formulada.
¿seco o afrutado?
¿seco o afrutado?
La mayoría de los vinos que bebemos son vinos secos, y eso no es contrario a que sea afrutado. A continuación, te lo explicamos de una forma muy sencilla para que la próxima vez puedas elegir el vino que más te guste.
Un vino seco es aquel que tiene menos de 4 gramos de azúcar por litro, como ya hemos comentado, son la mayoría de vinos que se elaboran y que bebemos. Son fáciles de diferenciar si pensamos que el siguiente escalón son los vinos semisecos y semidulces, y estos tienen más de 12 gramos de azúcar residual. Cantidad suficiente para darnos cuenta con solo probarlos. Estos vinos son muy agradables para beber y son perfectos para quienes se inician en este mundo. También acompañan fenomenal a las comidas especiadas, tipo oriental o thai.
En el escalón más alto de dulzor encontramos los vinos dulces, con una cantidad de azúcar residual mayor a los 45 gramos por litro. Aquí encontramos moscateles, Pedro Ximénez, mistelas, etc. Vinos que nos dan una sensación de suavidad y dulzor evidente en boca.
Y vamos entonces a los vinos afrutados, ¿a qué nos referimos?. Los vinos afrutados son aquellos que presentan claras notas de fruta y flores frescas. Esto se da mayormente en los vinos jóvenes, donde estos aromas primarios son muy evidentes. Entonces, podemos concluir que afrutado no tiene que ver con el nivel de dulzor, por tanto, podemos encontrar vinos afrutados secos. Si nos gustan los vinos de este estilo no dudes en pedir un Verdejo Celeste, un Moscatel seco como el Marina Alta o un Savignon Blanc como el Melior, son las uvas más aromáticas que hay.
¿a qué se deben estas diferencias de azúcar?
¿a qué se deben estas diferencias de azúcar?
La madurez de la uva: cuanto mayor sea más azúcar tendrá, y tras la fermentación no llegarán las levaduras a trasformar todo el azúcar en alcohol, quedando azúcar residual que dará origen a su clasificación en semiseco, semidulce o dulce conforme mayor sea este.
La fermentación es el otro punto clave, si durante la misma dejamos que las levaduras transformen todo el azúcar, el vino quedará seco. Si por el contrario paramos la fermentación cuando aún no se ha trasformado todo el azúcar, quedará un vino con menos alcohol y con azúcar residual.
Ahora ya sabes lo que es un vino seco, si tienes duda a la hora de escoger no te lo pienses y pide consejo a los profesionales, seguro que sabrán darte la clave para encontrar el vino perfecto.